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La simpatectomía torácica acaba con la hiperhidrosis o sudoración excesiva, que es una afección por la cual una persona suda demasiado y de manera impredecible. Esta sudoración incontrolable puede llevar a una molestia relevante, tanto física como emocional.
La hiperhidrosis o sudoración excesiva es un trastorno por el cual una persona suda demasiado en una situación habitual, sin que haya calor o haya practicado deporte. De hecho, les sucede en ambientes fríos o estando en reposo, lo cual resulta especialmente incómodo.
Se debe a un fallo -en la mayoría de casos de origen desconocido- en el sistema nervioso simpático que genera una estimulación exagerada de las glándulas sudoríparas, que provocan más sudor del que sería necesario para controlar la temperatura corporal.
La transpiración es el mecanismo que tiene el organismo para regular la temperatura corporal y por eso es normal sudar en verano, tras hacer ejercicio o cuando uno se siente nervioso o avergonzado. En cambio, la hiperhidrosis no está relacionada con estas situaciones y en la mayoría de los casos no se puede encontrar la causa que la provoca.
Al ser una reacción impredecible e incontrolable, quienes la padecen siempre están en alerta, lo que les puede generar estrés y ansiedad que no hacen más que agravar la situación. En algunos casos, incluso les supone una barrera en el plano social y laboral.
De hecho, es frecuente que las personas que padecen hiperhidrosis adopten ciertas pautas de comportamiento encaminadas a ocultar o disimular el exceso de sudor:
Evitan situaciones de contacto físico, como por ejemplo dar la mano.
Intentan no elevar los brazos ni moverlos demasiado para ocultar la sudoración de las axilas.
Pueden llegar a cambiarse de ropa o ducharse varias veces al día.
Cuando se trata de hiperhidrosis primaria, la sudoración excesiva afecta a manos, pies y axilas y se desconoce el origen. No obstante, sí se sabe que la nicotina, la cafeína así como determinadas comidas, bebidas y olores pueden aumentar el grado de sudoración en estos pacientes. Suele aparecer en la infancia o la pubertad y en más de la mitad de los casos, existen antecedentes familiares.
En cambio, en la hiperhidrosis secundaria, el exceso de sudoración puede darse en todo el cuerpo o en un área localizada, y es consecuencia de alguna enfermedad como las cardiopatías o el hipertiroidismo, trastornos como la ansiedad o la menopausia o por el consumo de determinados fármacos. Normalmente se inicia en la edad adulta.
Por otro lado, según la localización podemos hablar:
Hiperhidrosis axilar o sudoración excesiva de las axilas. El mal olor y las manchas en la ropa son las principales manifestaciones. Es la más frecuente de todas, pero aun así interfiere en la vida diaria.
Hiperhidrosis palmoplantar, cuando afecta a la palma de las manos y de los pies. En el caso de los pies el exceso de humedad contribuye a la aparición de hongos y pie de atleta.
Hiperhidrosis gustativa (o Síndrome de Frey) es el exceso de sudoración en la zona facial que se produce al ingerir un alimento o simplemente al pensar en él. Es un tipo extraño de hiperhidrosis y suele estar provocado por una intervención quirúrgica o un traumatismo en la glándula parótida. Además, es sumamente difícil de ocultar.
Hiperhidrosis generalizada.
Existen varios tratamientos, desde antitranspirantes, tratamientos eléctricos (iontoforesis) o la toxina botulínica (bótox) hasta la simpatectomía torácica, que es una intervención quirúrgica para corregir la hiperhidrosis en las manos y en la cara.
Antitranspirantes: se utilizan para la sudoración de las axilas y están fabricados a base de cloruro de aluminio.
Medicamentos: de la familia de los anticolinérgicos, ayudan a controlar la actividad de las glándulas sudoríparas.
Iontoforesis: es un tratamiento que mediante suaves corrientes eléctricas cierra de forma temporal las glándulas sudoríparas. Se emplea para la hiperhidrosis palmoplantar.
La toxina botulínica (botox): se utiliza para la hiperhidrosis axilar e inyectada bajo el brazo es capaz de bloquear los nervios que estimulan la sudoración. Es un tratamiento temporal que se debe ir repitiendo cada 6 meses aproximadamente.
La simpatectomía torácica: se realiza por vía endoscópica, por lo que se trata de una intervención quirúrgica mínimamente invasiva que destruye los ganglios simpáticos responsables de la sudoración de las manos. Se puede utilizar también para tratar la hiperhidrosis de la zona facial y el rubor o enrojecimiento facial (flushing facial).
El primer paso antes de someterte a una simpatectomía torácica en Barcelona es acudir a un médico especialista en este tipo de intervenciones, quien tras valorar el grado de sudoración que padeces, te indicará qué tratamiento es el más idóneo para tu caso. Recuerda que en ClinicPoint ponemos a tu disposición a los mejores especialistas y centros de referencia para esta operación.
Se suele recomendar para los casos más complicados de hiperhidrosis en manos o cara, en los que no han funcionado otro tipo de tratamientos. Tiene una tasa de éxito del 95-100% y el resultado es inmediato y permanente.
Antes de la intervención deberás realizarte unas pruebas preoperatorias obligatorias para conocer tu estado de salud general.
La simpatectomía torácica se realiza por vía endoscópica, lo que significa que el cirujano realiza dos pequeñas incisiones a cada lado del tórax, bajo las axilas, por las que introduce el endoscopio (la cámara) y el instrumental con el que te operará.
Una vez realizadas las incisiones, se introduce a través de uno de los orificios la cámara que permitirá al cirujano ir viendo en todo momento cada paso que realiza.
A continuación se localiza el nervio simpático que hay que destruir y el cirujano puede escoger entre hacer una resección o bien un pinzamiento del nervio, según su criterio. Ambos procedimientos son igualmente efectivos. Finalmente se suturan las incisiones y se realiza el mismo procedimiento en el otro lado del cuerpo.
La duración de la simpatectomía endoscópica torácica puede variar entre una y tres horas.
La intervención se suele realizar bajo anestesia general y en régimen ambulatorio, lo que significa que te darán el alta el mismo día. Antes de abandonar el hospital, para comprobar que no hay ninguna complicación se hace una radiografía del tórax, y si todo está bien, el paciente ya puede marcharse a casa.
En caso de recidiva, es decir, que vuelva a aparecer la sudoración excesiva, cosa que solo ocurre en el 2% de los casos, se puede volver a intervenir.
Al realizarse por vía endoscópica, la recuperación es mucho más rápida y el postoperatorio transcurre sin complicaciones y prácticamente sin necesidad de modificar tus rutinas diarias.
¿Qué aspectos deberás tener en cuenta?
Puedes tener dolor leve o moderado en la zona de las incisiones durante los primeros días. Se puede controlar fácilmente con los analgésicos que te prescribirá el cirujano.
Debes mantener las incisiones limpias, secas y cubiertas con apósitos. Sigue las recomendaciones del médico para el lavado de las heridas.
Evita los baños, es mejor ducharse.
Puedes volver a tus actividades cotidianas rápidamente, evitando aquellos movimientos o posiciones que puedan perjudicar la correcta cicatrización.
Los puntos se retiran a partir de la semana aproximadamente.